Venganza de Sangre en Alboraya (Casa de la Cultura)
No tardó mucho el ayuntamiento de mi ciudad en preparar el acto. Prácticamente en cuanto se enteraron de que entre sus vecinos había alguien que novelaba sobre la epopeya de la Corona de Aragón. Ejerció como maestro de ceremonias el diputado Vicente Ferrer, que demostró con su discurso por qué ocupa el sillón que ocupa en las Cortes Generales. Vicente confesó que había pasado un par de días «grogui» en el Congreso a cuenta de las horas echadas en la noche para ver en qué acababa la aventura de Blasco de Exea.
También apareció por allí, llegando directamente desde Huesca para a continuación hacer el viaje de vuelta (hacen falta disciplina, ganas de trabajar y pundonor) Óscar Sipán, editor de Tropo, que además preparó una buena mesa con otras obras de la editorial, muchas de las cuales acabaron en manos de los alborayenses y valencianos que llenaron el salón de actos.
También vinieron, aparte de los indígenas, otros nómadas de la vida, como Miguel & family, con quienes años ha compartimos nuestras vivencias isleñas, o Miguel Ángel Badal —reciente finalista del CajaGranada de Novela Histórica—, o Ricardo Espín, escritor del club de los desterrados, je, je… También acompañados de sus respectivas parejas. Y compañeros, vecinos y amigos de los que siempre están ahí, al pie del cañón, y otros que se acercaron atraídos por la labor difusora del ayuntamiento y del periódico local, que como es de ley promocionan a quienes se interesan por la cultura propia —agradecimiento especial para Encarna, Raquel y Bernardo—. Y desde luego, fue un placer contar con la presencia de una estupenda guardia de honor a cargo de recreacionistas de Aliger Ferrum. Carlos y José aguantaron como auténticos hombres de armas el rato largo que nos pasamos charlando sobre valores caballerescos, formas de plantear la escritura de una novela, la historia épica de la Corona de Aragón, el pasado medieval de Alboraya…
Y como siempre, el Cuaderno Rojo arropando a la tropa. Un recuerdo especial para Fernando Ortega, el escritor valenciano autor de ese magnífico Hechizo de Caissa. Nuestras presentaciones coincidieron en día y hora, lo que nos obligó a repartirnos los asistentes y, lo peor de todo, me impidió acompañarle en un momento tan importante. Afortunadamente, tengo mi Hechizo firmadito y ya leído, así que aprovecho, mira por donde, para recomendar que leáis este interesante alegato de la vida en clave ajedrecística.
Ah, y en el facebook habrá más fotitos…
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