Narrativa histórica. Límites temporales
No sacaré nada en claro, lo sé, pero recapitulemos:
Hace un tiempo, a cuenta de un relato sobre la Segunda
Guerra Mundial, discutía con unos amigos si encajaba o no en el género de
narrativa histórica. Para mí sí, desde luego. El episodio era histórico, el
protagonista ficticio y los avatares de la trama, plausibles. Para otros, la
cosa no funciona así. La razón era que todavía no han transcurrido cien años
desde el conflicto de marras. El otro día lo recordé porque, hablando de las
modas en la novela histórica, profetizábamos el auge que este año cobrarán las
novelas históricas sobre la Primera Guerra Mundial. Se cumple un siglo desde su
inicio y este es un aniversario internacional (si fuera un asunto exclusivamente
patrio, se pasaría de puntillas para no molestar a cualquier colectivo
pejigueras).
Y ahora veamos algunas de las posibilidades:
El plazo del siglo. Se supone que, al escribir sobre algo
que ningún coetáneo ha podido vivir, se tratará el tema con mayor objetividad y
su carga histórica será más «honrada». Según esto, por ejemplo, los Episodios
Nacionales no entrarían en el género en el momento en el que Pérez Galdós los
escribió, aunque hoy sí serían narrativa histórica. Hombre, como referencia
está bien, pero no le veo mucho sentido si lo miro más detenidamente. Yo puedo
escribir sobre cualquier tema que haya sucedido en Nueva Guinea hace dos años. No
tengo conexión ni interés alguno allí, así que carezco de implicación. ¿Por qué
iba a narrarlo más imparcial u honradamente mi tataranieto que yo? Además, el
tiempo corre también en la narración y eso puede suponer un problema: volvamos
al tema de la Primera Guerra Mundial. Una novela que nos hable de ella desde el
principio hasta el final (1914-1919) y que se publique en 2015 será histórica
hasta el capítulo siete —por poner uno—, pero no a partir de ahí. Agh. No
encaja.
Otra posibilidad es considerar la edad del autor. Una
variante de la anterior, creo. El tema que se trate ha de ser anterior a la
venida al mundo del escritor. Según esto, por ejemplo, los Episodios Nacionales
no fueron ni serán jamás narrativa histórica. Las razones del plazo del siglo
valen para este, y creo que se pueden rebatir del mismo modo. Hay un problema
de coherencia en estos dos supuestos, y para explicarlo me valgo de la última
trilogía de Ken Follet, clasificada como histórica. La trama comienza a
principios del siglo XX, con lo que se cumplirían las condiciones para
considerarla narrativa histórica. Pero el tercer tomo tratará temas como la
Guerra Fría, lo que resulta incompatible con las condiciones vistas.
Aparte quedarían otros matices, como que la trama principal
sea de aventuras o romántica, o que los personajes principales sean ficticios o
históricos. Desde luego, la cuestión se complicaría. Aunque visto lo visto y
sin salirnos del plazo temporal, ¿qué más complicación necesitamos?
Para mí si son históricas!
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