Va de portadas
De sobra conocemos la importancia de una portada. Es lo
primero que ve el lector —lo segundo si toma el libro puesto de lomo desde una
estantería—. Tal vez no sea el factor más persuasivo, pero sí que puede ser
disuasorio. Y ojo, porque cuando uno se topa por primera vez con un libro del que no tenía noticia, se las tiene que ver con dos de los tres elementos básicos de una portada: ilustración y título. Hoy me ha dado por analizar las portadas de mis novelas. Que de todo hay.
Casus belli
Escuadrilla de F-16 para este experimento político-bélico con ilustración de Txema de Prada. Resulta
bastante indicativo de lo que puede uno encontrarse en sus páginas.
En cuanto al título, casus belli es una expresión latina que se traduce por «causa de guerra». Curiosamente,
escogí el título de la novela antes de escribirla, cosa que no suele resultar
habitual y que nunca he vuelto a hacer. Cosas de novato. Tenía claro que la trama de esta novela
se centraba en una guerra que resulta improbable —por no decir imposible— en la vida real, así que mi
mayor problema estribaba en buscar una causa verosímil para
desarrollarla en la ficción.
El caballero del alba
La fotografía de portada de esta primera edición fue obra del fotógrafo
Diego Hernández, y previamente formó parte de una
exposición relativa a los Amantes de Teruel, «La ruta del amor». El modelo en
este caso es Ivan Lorente, que dio vida a Diego de Marcilla en una de las
ediciones de las Bodas de Isabel de Segura, la recreación de la leyenda que se
celebra anualmente en Teruel. El castillo del fondo es el de Zafra, de
titularidad privada y situado en la provincia de Guadalajara.
Como El caballero del alba verá una reedición dentro de un
tiempo y de mano de Ediciones B, es más que seguro que también habrá cambio de
portada.
¿Y el título? Pues se trata de mi primera novela «caballeresca», en el sentido de que la
motivación principal del protagonista, desencadenada por el amor, viene del
esfuerzo por cumplir la palabra dada. Quien quiera saber por qué este caballero
es «del alba», tendrá que leer la novela.
Como curiosidad, mientras la escribía le asigné el título provisional Crónica de cinco años, que conservé como subtítulo en la
edición de Delibrum Tremens.
Venganza de sangre
Como novela que también ha sido objeto de ediciones
diferentes, posee dos portadas. La primera, diseñada para Tropo, es obra de ÓscarSanmartín, un artista que da toque de autenticidad y marca de imagen a la
editorial. Entre otras cosas, resulta una ilustración bastante estudiada históricamente.
Incluso el espadón tiene su porqué.
La segunda imagen se usó para la edición de bolsillo que
lanzó Ediciones B. Aunque sin la fuerza artística y documental de la primera,
conserva la esencia temática del guerrero y la espada. Me quedo con la primera,
como casi todo el mundo.
En cuanto al título, Venganza de sangre es mi segunda novela caballeresca: con protagonista que de nuevo se ve obligado por su deber, en este caso la institución medieval de origen germánico de la blutrache, o venganza
de sangre. Aparte de la indudable referencia dramática, la novela contiene mis
propias reflexiones sobre la utilidad de la venganza y las formas de hacer
justicia.
La loba de al-Ándalus
La portada es obra de Alejandro Colucci, no puede negarse. Tanto los
elementos como el tono son firma de la casa. Aparte de la bella andalusí que
manda en la ilustración —una enigmática Zobeyda que hurta la mirada— y de los
guerreros que discurren al pie, existe un símbolo básico de la novela escamoteado
en las celosías: la estrella de ocho puntas que constituye el blasón lobuno del
Sharq al-Ándalus.
El título provisional de esta novela fue siempre Rey lobo. Pero
el señor Eslava-Galán tuvo a bien publicar una novela con ese título mientras
yo me hallaba en plena escritura. Tanto la trama como el tema de esta no tienen
nada que ver con los de aquella, pero yo me vi obligado a cambiar mis planes. Y
dado el protagonismo femenino de mi querida Zobeyda, la solución se revelaba fácil.
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