TRILOGÍA ALMOHADE

We should meet the centaur and the dragon, and then perhaps suddenly behold, like the ancient shepherds, sheep, and dogs, and horses – and wolves.

(Deberíamos salir al encuentro del centauro y del dragón, y quizás así, de pronto, fijaríamos nuestra atención, como los pastores de antaño, en las ovejas, los perros, los caballos… y los lobos).

J. R. R. Tolkien



   En varias ocasiones he dicho que no pretendo enseñar historia. No sirvo para eso. Carezco de la formación, de los conocimientos y del método. Me gusta la historia, sí, pero cuando quiero sumergirme en ella, no lo hago a través de la novela histórica. Reconozco, por otra parte, que la ficción puede servir para despertar o avivar inquietudes, y algunas de esas inquietudes pueden ser precisamente históricas.

   ¿Significa eso que no puede uno reflexionar, hacerse preguntas, buscar respuestas e incluso hallarlas leyendo simplemente novela histórica? Nadie ha negado la posibilidad, y yo tampoco lo hago. De hecho, encuentro en nuestro pasado el campo ideal para hacernos determinadas preguntas. Para crear personajes que, nadando en esas aguas pretéritas, nos permitan ver el mundo con una óptica distinta. O mejor: desde una perspectiva distinta. Alejarse un poco, tomar distancia de los árboles, aporta una excelente panorámica del bosque. Y el gran bosque de antaño es un buen sitio para irnos a buscar centauros y dragones, si ustedes me entienden. Una vez de regreso, seguro que distinguimos mejor al lobo.

   En noviembre verá la luz la última novela de mi Trilogía Almohade. Han sido unos siete años marcados por tres novelas: La loba de al-Ándalus, El ejército de Dios y Las cadenas del destino. Las novelas contienen tramas independientes, pero forman parte de un mismo proyecto. Ocho partes, ciento ochenta y seis capítulos, personajes de todo origen y condición para trazar un universo que va desde 1151 hasta 1212 y que pretendo épico. Es así porque no concibo mejor viaje al pasado, más útil, más emocionante que aquel que nos sitúa en el límite. Frente a frente con el centauro y el dragón.


   Alguno podrá suponer, pues, que a lo largo de siete años me he dedicado a estudiar el pasado para recrearlo; a centrar mi atención en los hechos históricos. ¿De dónde salió el imperio almohade? ¿Cómo fueron capaces esos norteafricanos de crear y sostener ejércitos de poder inédito en el siglo XII? ¿Qué hilos mantenían unidos a miembros de tantas y tan diferentes cabilas, tribus y clanes? ¿Cuál es el origen ideológico de su fanatismo? ¿Cómo se defendieron de ellos los reinos cristianos de la Península Ibérica? No son cuestiones poco interesantes. Desde luego, imprescindibles para novelar la historia, para enseñarla o para despertar inquietudes.


   Pero responder esas cuestiones históricas no era mi objetivo. Lo que yo me pregunto es cómo se propone alguien degollar a un semejante para ganar un paraíso lleno de huríes. Y si duda durante, o si se arrepiente después. Me pregunto qué pasa por la cabeza de un líder cuando envía a miles de sus seguidores a la muerte; o por qué puede uno anteponer las pequeñas ambiciones personales a las esperanzas colectivas. Si el amor sobrevive entre las tinieblas, o si todo se hunde y queda sometido al odio. ¿Permanecería yo leal a mis amigos ante la certeza del exterminio? ¿Y si, cegado por la codicia o el resentimiento, abandonara a un aliado para apoderarme de sus despojos? ¿Me serviría de mi influencia para sacrificar vidas ajenas en el altar de la salvación final? Y si fuera mi propia vida la que entrara en juego, ¿me enfrentaría al peligro sin dudar o correría para conservar la piel?


   No concibo esta aventura de escribir (tampoco la de leer) si no es para escapar de la zona de confort y, a quien quiera acompañarme en el viaje, le deseo lo mismo que yo he disfrutado y padecido durante siete años. Que se convierta en un incursor andalusí, en una cortesana de Toledo, en un caballero castellano y en un filósofo cordobés. Que copie manuscritos en el scriptorium de un monasterio, que desembarque en Mallorca mientras grita que Dios es grande. Que se meta en la piel del rey Lobo, se enamore de su favorita, construya palacios para sus hijas. Que se bata contra el enemigo que no deja de venir en interminables oleadas. Aborreciendo y deseando al mismo tiempo a Urraca de Haro, o apiadándose de Pedro de Castro. Que, como yo, escuché las últimas palabras del emperador en Sierra Morena, cuando dejó sus reinos divididos y abocados a la guerra civil. Porque yo he saboreado la humillación del rey leonés en la jura de Carrión, he sufrido con Alfonso VIII en Alarcos. Yo he recorrido el desierto del Yarid y he luchado contra bandidos saktanas en las rutas del oro y los esclavos. He visto ejércitos inmensos sitiando Madrid, y flotas que partían del Magreb para arrasar las costas catalanas. Yo he amenazado a Sancho el Fuerte y he admirado a Rodrigo de Rada. He trazado pactos de alcoba con Leonor Plantagenet y me he emborrachado a dolor con Pedro II de Aragón. Yo, lo que quiero, es que todo eso lo sientan también los demás, y por eso he escrito estas novelas.



Comentarios

  1. Copón!
    Todo este después del arroz rojo?
    Si es así me alegro doblemente de haber pasado contigo la mañana.

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  2. Cuando en un sorteo en el que Ediciones B colaboró con Fnac me tocó «La loba de al-Ándalus» y lo leí tiempo después, me di cuenta de que había ganado un pedazo de premio. Disfruté vagando por el harén de Mardanish con Zobeyda como estandarte sin ser ni por asomo un cortesano.

    Al año siguente, Ediciones B volvió a colaborar con Fnac en el sorteo de «El ejército de Dios». Me volvió a tocar. Esta vez tardé menos en leerla y caí rendido a Urraca López de Haro, mujer fuerte donde las hubiera y ambiciosa (quizá de más).

    He leído y reseñado ambas obras sin más coste que el de mi empeño por conseguirlas. Para «Las cadenas del destino», bien por sorteo o no, también habrá espacio en mi estantería y en mi tiempo.

    ¡Saludos!

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  3. Mis dos reseñas de ambas obras, para quien quiera leerlas, se encuentran en estos enlaces (una me parece que anda por este blog).

    http://caminosdeloslibros.blogspot.com/2014/04/loba-de-al-andalus-es-un-libro.html

    http://caminosdeloslibros.blogspot.com/2015/04/resena-el-ejercito-de-dios.html

    Gracias.

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